Técnicas de estudio para aprender inglés

¿Sabías que las 100 palabras más comunes en cualquier idioma cubren el 50% de toda la comunicación hablada? Esto significa que para dominar cualquier lengua, reforzar el vocabulario es la mitad del camino. Y he aquí la primera clave que desde nuestra academia de inglés recomendamos para aprender una lengua tan universal como es el inglés. 

Pero hay muchas más técnicas que podemos combinar para adquirir el nivel y la fluidez necesaria. ¿Quieres conocerlas? ¡Vamos a verlo!

Inmersión en el lenguaje

La inmersión es una de las fórmulas más efectivas para el aprendizaje de lenguas, ya que sitúan al alumno fuera del aula y lo integran en un ambiente en el que se habla el idioma que se estudia. Hablamos de un método comunicativo al 100% donde lo que se persigue es la fluidez. En definitiva: “menos gramática y más conversación”. 

Para conseguir una correcta inmersión, eso sí, no basta con hacer un viaje breve. Lo ideal es viajar a un país cuya lengua oficial sea el inglés, reforzando con asistencias a cursos. Y es que estar rodeado de personas que hablan la lengua en su contexto natural del día a día, es un auténtico impulso en el aprendizaje.

Prácticas y repasos bien distribuidos

Desde nuestra academia de inglés tenemos más que comprobado que la eficacia en el aprendizaje es mucho mayor si se practica el idioma de forma distribuida. En este sentido, los maratones de estudio o los atracones de última hora no son lo más recomendable. Al fin y al cabo, el idioma se aprende – y se mantiene – cuando no se deja de practicar. 

Por tanto, los mejores resultados se obtienen extendiendo el trabajo en el tiempo, dividiendo la práctica y el estudio en unidades más pequeñas. 

Además, para vencer la temida “curva del olvido” y retener el máximo de información posible, más largos deben ser los intervalos de estudio y repaso. 

Exámenes para reforzar lo aprendido

Está demostrado que examinarse de lo aprendido mejora enormemente la asimilación de conceptos. Eso no se produce porque los niveles de presión o estrés estén relacionados con un aprendizaje efectivo, sino porque la realización de exámenes exigen una actividad intelectual diferente a la de la fase de estudio. Se trata, en definitiva, de retar al cerebro para que busque y encuentre información guardada con anterioridad.

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